lunes, 19 de abril de 2010

Desarrollando un carácter firme

Juan 10:10 “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”

Satanás está trabajando en  cambiar la identidad de los hijos de Dios. Él perdió originalmente su identidad (Luzbel: sello de la perfección) y pasó a ser Satanás: adversario, opositor porque quiso ser semejante al Altísimo. El que se opone a Dios, eso es Satanás. Los únicos que pueden ser semejantes a Dios, son los hijos de Dios. Y esa es su identidad. Diga: “soy un hijo amado de Dios”. La identidad nos fue dada el día que nacimos de nuevo y debemos desarrollarla para que formemos un carácter.

El carácter empieza con la sinceridad con uno mismo, con la honestidad con uno mismo. Ser personas totalmente íntegras. Integridad significa: alguien que no está dividido en sus partes. Dios dice: “oye Israel el Señor uno solo es...”.
Nosotros somos un ser espiritual, que tenemos una mente, que vivimos en un cuerpo. Un ser tripartito, pero que muchas veces está desintegrado, y si está desintegrado es porque está falto de integridad. Falto de integridad es estar separado de sí mismo. ¿Cómo puede ser un ser desintegrado? Con el espíritu creo una cosa, con la mente creo otra, y con la boca hablo otra.

Nuestro ser completo tiene que llegar a ser un ser íntegro en Cristo. Por eso necesitamos formar un carácter y ser totalmente honestos: Ser sinceros con nosotros mismos y con los demás. Hoy en toda actividad hay corrupción, que es un problema de la misma persona, algo interno, es falta de carácter bien formado, por estar separado en sí mismo.

“Los cristianos estamos  para marcar diferencias”. Quiere decir que la iglesia está  para sobresalir. Muchas veces no hay diferencia en los estilos de vida de los cristianos y de los no cristianos. Pero, lo vamos a lograr. Jesús nos alertó sobre la función del diablo: “matar, hurtar y destruir”. Pero que  nos pueda matar,  hurtar, destruir, no depende de él, sino  de nosotros.

Ahora, dijo Jesús, “yo he venido para que tenga vida y en abundancia...” Para llegar a la plenitud de la vida, hasta sobreabundar, debo realizar ciertas cosas. Eso fue lo que el apóstol Pablo le escribió a la iglesia de Efeso, “hasta que todos alcancemos la estatura...”. Plenitud, “del varón perfecto...”.

Si alguien llegó a algún destino en la vida y no está conforme, tiene que detenerse y provocar un cambio con la Palabra de Dios. Toda persona llega a su destino porque forjó o desarrolló un carácter. El carácter de Cristo en su vida. Carácter siempre tiene que ver con hacer lo que es correcto, tiene que ver con obediencia, con transparencia y eso se hace posible al conocer la Palabra de Dios.

Oración: “Padre te doy gracias, porque estoy desarrollando estabilidad,  solidez en mi vida, porque la estoy desarrollando con la fuerza de tu palabra, con la fuerza de tu presencia, pero con la fuerza de tu carácter en mí, un carácter que me hace atrevido, que me hace osado, que me hace ganador, que me hace triunfador, que me hace superar lo que para otros es insuperable, yo te doy gracias Señor, en el nombre de Jesús, porque lo imposible es posible, y yo declaro, afirmo, y ratifico, que todas las promesas las voy a vivir para tu Gloria Jesús....amén.”



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