Salmo 133:1"!!Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!"
Los recuerdos de estos tiempos son muy agradables porque a pesar de que no hay iglesia perfecta, y los hermanos en la fe tampoco son perfectos, sin embargo es bueno habitar juntos en armonía. Muchos dicen muchas cosas acerca de la iglesia, sin embargo pertenecer a un buen lugar para adorar a Dios tiene muchos beneficios bíblicos, y otros prácticos. Hoy quiero compartir contigo algunos de los beneficios prácticos.
Primero, cumplimos con la Gran Comisión. Hemos hablado en muchas ocasiones de la importancia de ganar almas. Los que han recibido al evangelio y pueden dar testimonio de cómo Dios ha cambiado sus vidas, por naturaleza desean llevar esta bendición a otros. A través de nuestra relación con nuestra iglesia, todos cumplimos juntos con esta gran labor. Segundo, juntos podemos impactar nuestra comunidad. He compartido con muchas personas que quisieran por un tiempo vivir como misioneros e impactar naciones haciendo labor social. Esta labor es muy necesaria. A través de nuestras iglesias impactamos nuestra comunidad. Cada vez que repartimos ropa, comida, restauramos hogares, nuestra feligresía completa es parte de cada vida impactada y cada necesidad que ha sido suplida.
Tercero, nuestras relaciones personales crecen y se desarrollan. Este es uno de los mayores beneficios que puedo mencionar. Como líder me sorprende ser testigo de cómo Dios puede usar personas tan diferente para un mismo propósito. Más aún, en mi vida en el evangelio he visto a personas que no tienen familia llenar ese vacío con los hermanos en la fe. En momentos difíciles son de apoyo unos a otros, en momentos de gozo y alegría celebran juntos.
Involúcrate y sé parte de todo lo que se realiza en tu casa de adoración a Dios. Cada día necesitamos más personas que hagan de su iglesia el lugar de servir día tarde y noche. El mundo no tiene nada bueno que ofrecerle a tu familia, a tu matrimonio, ni a tus hijos. En la iglesia te espera la familia de la fe. Todos involucrados, trabajando juntos en la iglesia, pueden atesorar memorias, que en el futuro los mantenga firmes en los caminos.
Hoy quiero motivarte a que te conviertas en mucho más que una persona que una o dos veces a la semana va a una iglesia a recibir palabra y seas un miembro activo, productivo y en busca de llenar cada necesidad y facilitar el llamado del lugar en el que Dios te ha plantado para que también recibas bendición.
Te bendecimos,
Apostoles Heriberto González- Ana Milena Montoya
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