Tu pasión debe ser diirgida por el espíritu Santo

Una de las características de los hombres de éxito es la pasión. Pasión es poder el cual:


1. Mantiene nuestra mente y espíritu enfocado en una meta.
2. Impulsa a continuar a pesar de las dificultades.
3. Alimenta nuestro espíritu y provoca que saquemos fuerzas aun de donde parecen no estarlo.

Una pasión es mucho mas que un simple deseo momentáneo provocado por las circunstancias inmediatas. Una pasión es más que un impulso emotivo. Una pasión es una corriente de fuerza espiritual que nos lleva a alcanzar el destino de Dios para nuestras vidas.

Filipenses3:4-7

4 Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más:5 circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo;6 en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. 7 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.

Cuando el Apóstol Pablo está presentado sus cualidades y habilidades, una de las que enfatiza es el "celo". Celo es expresión de pasión. Una de las razones por las cuales yo creo que Dios escogió a Pablo era precisamente por su pasión para completar las tareas asignadas. Si Dios necesitaba de un hombre que alcanzara a los gentiles tenia que buscar a uno con la pasión necesaria para lograrlo. Todo lo que Pablo necesitaba era una nueva dirección para su pasión ya existente en su corazón. Lo único que necesitaba era dirigirla a la misión divina y no a los deseos religiosos.

Gálatas4:18
18 Bueno es mostrar celo en lo bueno siempre, y no solamente cuando estoy presente con vosotros.

La pasión que hay dentro de ti es uno de los ingredientes necesarios para alcanzar el éxito que Dios te ha prometido. Pasión determina las cosas que has de dejar atrás. Como el Apóstol Pablo decía en Filipenses 3:13, solo podemos alcanzar nuestro llamado supremo si dejamos lo que queda atrás y nos extendemos hacia delante. Una persona que no tiene pasión por algo que está en su futuro seguirá tratando de revivir las glorias y éxitos de su pasado. Aquellos que están constantemente hablando de sus éxitos del pasado es porque piensan que no hay algo más grande en su futuro, porque de lo contrario se enfocarían solamente en el futuro.

Es por esta razón que tu pasión requiere de dos cuidados importantes.

Primero, es necesario que tengas cuidado con todo aquello que te desenfoque de lo establecido por Dios en tu vida. Todos los que menosprecien tu pasión se convierten en enemigos. Elimina de ti las distracciones, lo que te aleja de Dios, y aún hasta aquellos que no contribuyen a tu relación con Dios.

Segundo, tus pasiones tienen que ser dirigidas por el Espíritu Santo. Solo el Espíritu Santo podrá mantenerte enfocado en el destino de Dios para tu vida. El Espíritu Santo siempre te llevará a la gente correcta que darán dirección divina. Cuando estudias la vida de Pablo te das cuenta cómo él fue guiado a personas específicas en momentos claves. Igualmente, el Espíritu Santo te llevará siempre a las palabras de Dios la cual es la herramienta más poderosa que Dios utilizara para dirigirte.

Como ministros del Señor hay grandes sueños y deseos en nuestra vida que dirige nuestra pasión. Hoy en día Dios ha despertado en nosotros una pasión por ganar almas. En tan sólo semanas hemos alcanzado a miles de personas.

Quiero invitarte a que analices tu vida y encuentres aquello que te apasiona. ¿Qué pensamiento hay constantemente en tu interior? ¿Qué cosas encuentras que te molestan y sabes que necesitan solución? ¿Qué ideas fluyen una y otra vez al punto que sientes que hay algo creándose dentro de ti? Contestando estas preguntas Dios puede dirigirte a encontrar tu pasión y nuestra asignación hoy es motivarte a ponerla en las manos del Señor para asegurarte que la misma va de acuerdo a sus planes para tu vida. Así puedes darle la oportunidad a Dios que sea Él quien dirija tus pasos y tu pasión.

Te bendecimos,

Heriberto González y Ana Milena Montoya
Apostoles